Seguridad en la operación de autoelevadores: prácticas clave para evitar riesgos

 Los autoelevadores son herramientas indispensables en numerosos sectores industriales, pero su manejo implica riesgos que deben abordarse con responsabilidad y preparación. Prevenir accidentes no solo protege a los trabajadores, sino que también asegura la continuidad de las operaciones y la optimización de recursos dentro de las organizaciones.

Uno de los aspectos fundamentales para garantizar la seguridad en la operación de autoelevadores es el cumplimiento estricto de las normas y procedimientos establecidos. Es imprescindible que los conductores estén debidamente entrenados, autorizados y equipados con los elementos de protección personal (EPP) necesarios, como casco, guantes, calzado de seguridad y cinturón de seguridad. El respeto por las reglas de tránsito internas y el uso adecuado de dispositivos de seguridad son pilares esenciales para minimizar los riesgos.

Además, realizar un chequeo exhaustivo del equipo al inicio de cada turno es una práctica obligatoria para detectar posibles irregularidades en componentes clave como las ruedas, el sistema hidráulico, los frenos y los instrumentos de señalización. La pronta identificación de fallas no solo evita accidentes, sino que también permite mantener los equipos en óptimas condiciones operativas.

Durante la manipulación y transporte de cargas, los trabajadores deben asegurarse de que la carga esté correctamente estibada y sujeta, evitando exceder los límites de peso permitidos. El desplazamiento debe realizarse con el mástil inclinado hacia atrás y las horquillas elevadas a una altura segura, reduciendo el riesgo de vuelco o caída de materiales. Asimismo, es fundamental mantener una velocidad adecuada y respetar los trayectos designados para este tipo de vehículos.

Otro aspecto crítico es la atención a las condiciones del entorno. Terrenos en desnivel, puntos ciegos y pendientes representan desafíos que requieren precauciones adicionales, como el ascenso en marcha adelante y el descenso en marcha atrás. La circulación en espacios compartidos con otros vehículos o personas también exige máxima concentración para evitar colisiones.

En caso de situaciones de emergencia, como un vuelco, es vital que el operador permanezca en su asiento, afirmándose al volante y evitando saltar del vehículo, ya que esta acción podría resultar aún más peligrosa.

La operación de autoelevadores debe ser una actividad planificada y supervisada, donde cada trabajador comprenda y aplique las mejores prácticas de seguridad. Construir una cultura organizacional que priorice la prevención no solo protege vidas, sino que también fomenta entornos laborales más eficientes y responsables. Cada medida de precaución tomada es un paso hacia un futuro laboral libre de accidentes.

Martin Lionel Gerstner Javid


Comentarios