¿La llamada te dejó así? Cuidá tu voz, que es insustituible

 La voz es el vehículo por el que comunicamos nuestras ideas, lideramos equipos y conectamos con otros. En el ámbito laboral, especialmente para quienes dependen de ella día tras día, cuidarla es indispensable. Un uso exagerado sin las pausas y técnicas adecuadas puede dejar su huella: después de jornadas intensas, se siente esa fatiga, ese "nerviosismo" en las cuerdas vocales. Por eso, es vital tener presente que la voz no es algo que se pueda reemplazar fácilmente.

Una práctica sencilla pero poderosa consiste en prestar atención a la forma de respirar. Cuando sentís que la voz empieza a resentirse tras una llamada o una reunión, tomate un momento para inspirar lentamente y permitir que el aire llene tus pulmones. Una vez que lo hayas captado, expulsalo despacio por la boca. Este ejercicio de respiración no solo libera la tensión acumulada, sino que también mejora la producción vocal, dándote mayor claridad y reduciendo el estrés que puede afectar tus cuerdas vocales.

Incorporar momentos de pausa y ejercicios de respiración en la rutina diaria es esencial para mantener una voz saludable. Es una estrategia que va más allá de una recomendación médica; es un componente clave en la prevención del desgaste vocal, preservando así la herramienta de trabajo más importante para muchos. Adoptar este enfoque consciente ayuda a transformar un hábito potencialmente dañino en un acto de autocuidado, reforzando la eficacia en cada comunicación y evitando molestias que puedan llegar a ser serias.

El autocuidado vocal se vuelve fundamental en entornos donde las demandas comunicativas son altas. Más que dejar pasar el agotamiento, es importante fijarse en las señales que nuestro cuerpo nos envía y actuar de forma preventiva. En ese sentido, la respiración pausada y consciente se convierte en una aliada poderosa para enfrentar las jornadas intensas y continuar desempeñándose a un nivel óptimo.

Incorporar estos hábitos no solo te beneficia a nivel vocal, sino que repercute en tu bienestar general. Cuando aprendés a cuidar de ese instrumento tan único, alcanzás un equilibrio entre el rendimiento y la salud que se refleja en cada palabra, en cada llamada y en cada encuentro profesional.

Martin Lionel Gerstner Javid


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