La vista es uno de nuestros sentidos más preciados, y en la jornada laboral actual, donde pasamos horas frente al monitor, no hay que ignorar las señales que nos da el cuerpo. Si te encontrás achicando los ojos para ver bien, es una alerta de fatiga visual que merece atención. Parpadear con regularidad y alejar la mirada de la pantalla por breves instantes son hábitos simples pero efectivos para mantener la salud ocular y evitar molestias a largo plazo.
El uso continuo de dispositivos digitales puede provocar sequedad, distorsión visual y, en ocasiones, dolores de cabeza. Crear pausas activas, incluso de un par de minutos, permite que tus ojos descansen y se relajen. Es fundamental ajustar la iluminación del entorno, asegurarse de que el monitor esté a una distancia y altura adecuadas y, sobre todo, escuchar a tu cuerpo. Las pequeñas acciones, como dirigir la mirada a objetos lejanos o simplemente cerrar los ojos unos instantes durante una reunión, pueden marcar la diferencia en la comodidad y el rendimiento diario.
Incorporar estos hábitos en la rutina no solo previene molestias inmediatas, sino que también protege la visión a futuro, manteniendo esa herramienta vital para comunicar, aprender y trabajar con eficacia. Cuidar tus ojos es invertir en tu salud, en tu capacidad para seguir dando lo mejor en cada desafío y en la productividad de tu equipo.
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