Que un olvido no te haga perder la cabeza

 La protección de la cabeza es esencial tanto al momento de desplazarse como durante la realización de tareas diarias. Si habitualmente te trasladás en moto, el casco es tan indispensable como elegir correctamente una prenda de vestir: debe calzar a la medida exacta de tu cabeza. Un casco que no se ajusta bien o que se lleva suelto no cumplirá su función protectora. Además, cualquier casco que haya sufrido algún impacto, por insignificante que parezca, debe ser reemplazado para asegurarse de contar con la máxima protección en todo momento.

El casco es el cofre que resguarda nuestro tesoro más valioso: el cerebro, el centro de control de cada sensación, pensamiento y acción. Incluso cuando la estructura ósea parece resistente, los golpes y caídas pueden tener consecuencias graves. Fracturas, conmociones y lesiones que afectan funciones vitales son riesgos latentes en actividades cotidianas y laborales, especialmente en aquellos escenarios donde se manipulan objetos pesados o donde existe la posibilidad de colisiones, caídas o impactos inesperados.

Para proteger la cabeza de manera efectiva, es imprescindible prestar atención a la selección y el mantenimiento del casco. Al elegir uno, verificá que el talle sea el adecuado para vos, al igual que sucede con la elección de una remera o un calzado. Tan importante como adquirirlo es colocarlo correctamente: ajustarlo y abrocharlo de forma adecuada para evitar que se desplace en caso de accidente. La personalización o modificaciones con pinturas, pegatinas o cualquier otro elemento pueden comprometer la integridad del casco, disminuyendo su capacidad de absorción de impactos.

El mantenimiento y la higiene del casco deben formar parte rutinaria de tus cuidados personales. Limpiarlo periódicamente con agua templada y jabón neutro ayuda a preservar los materiales sin dañar sus componentes, mientras que el uso de solventes u otros productos químicos está totalmente desaconsejado. Recordá que muchos cascos fabricados con polietileno, polipropileno o ABS tienden a perder sus cualidades con la exposición continua a las condiciones atmosféricas, recomendándose su sustitución a lo sumo cada tres años de uso al aire libre.

Cuidar tu cabeza es asumir una responsabilidad personal que impacta directamente en tu bienestar y en el de quienes te rodean. Cada detalle, desde la elección del casco correcto hasta su uso constante y su mantenimiento, se traduce en un compromiso con la seguridad que deja huella en la calidad de vida tanto en el camino como en cada jornada laboral.

Martin Lionel Gerstner Javid


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